¿Cómo vivir una semana santa?
El pastor Huascar De Salas comparte algunos principios para vivir una vida santa en Semana Santa.
El grande es el pequeño.
Como Jesucristo no vino a ser servido, sino a servir; así, todo el que quiera ser grande [a los ojos de Dios] debe convertirse en un servidor.
Jesús se despide.
“Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:16-20. RVR1960).
Esperanza, prueba y fe.
El hno. Eliezer Báez nos recuerda que el creyente, independientemente de sus circunstancias, tiene una esperanza viva en los cielos.
Hombres ordinarios, trabajo extraordinario.
El hno. Franklin López nos recuerda que Dios usa hombres ordinarios para realizar trabajos extraordinarios.
Haciendo todo para la gloria de Dios.
La gloria de Dios es el valor supremo de lo que Él esencialmente es y hace, que lo distingue de todo y todos, y que provoca la alabanza de Sus criaturas. La misión del cristiano es mostrar cuán grande Dios es en un mundo donde Él aparentemente es pequeño.
Ezequías: vida y obra.
Paulino Susaña comparte con nosotros algunas lecciones a partir de la vida y obra de Ezequías.
El amor más grande de todos.
El amor de Dios se muestra como muy grande en el hecho de a quiénes amó (un mundo pecador), la clase de regalo que dio (Su Hijo unigénito) para no darles lo que ellos sí merecían (ser entregados a miserias eternas) y darles lo que ellos no merecían (la vida eterna).
¿Cómo vivir una semana santa?
El pastor Huascar De Salas comparte algunos principios para vivir una vida santa en Semana Santa.
El grande es el pequeño.
Como Jesucristo no vino a ser servido, sino a servir; así, todo el que quiera ser grande [a los ojos de Dios] debe convertirse en un servidor.
Jesús se despide.
“Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:16-20. RVR1960).
Esperanza, prueba y fe.
El hno. Eliezer Báez nos recuerda que el creyente, independientemente de sus circunstancias, tiene una esperanza viva en los cielos.
Hombres ordinarios, trabajo extraordinario.
El hno. Franklin López nos recuerda que Dios usa hombres ordinarios para realizar trabajos extraordinarios.
Haciendo todo para la gloria de Dios.
La gloria de Dios es el valor supremo de lo que Él esencialmente es y hace, que lo distingue de todo y todos, y que provoca la alabanza de Sus criaturas. La misión del cristiano es mostrar cuán grande Dios es en un mundo donde Él aparentemente es pequeño.
Ezequías: vida y obra.
Paulino Susaña comparte con nosotros algunas lecciones a partir de la vida y obra de Ezequías.
El amor más grande de todos.
El amor de Dios se muestra como muy grande en el hecho de a quiénes amó (un mundo pecador), la clase de regalo que dio (Su Hijo unigénito) para no darles lo que ellos sí merecían (ser entregados a miserias eternas) y darles lo que ellos no merecían (la vida eterna).