Dando gracias por otros.
«Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros» (Filipenses 1:3. RVR1960).
Siervos y santos de Dios.
«Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo» (Filipenses 1:1, 2. RVR1960).
Introducción a Filipenses.
«Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!» (Filipenses 4:4. RVR1960).
La venganza del perdón.
«Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo…
Dios es poderoso.
«Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.»(Judas 24-25. RVR1960).
Teniendo responsabilidad hacia los demás.
«A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.»(Judas 1:22-23, RVR1960).
Exhortación a la perseverancia.
«Ustedes, queridos hermanos, recuerden el mensaje anunciado anteriormente por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Ellos les decían: «En los últimos tiempos habrá burladores que vivirán según sus propias pasiones impías» Estos son los que causan divisiones y se dejan llevar por sus propios instintos, pues no tienen el Espíritu. Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el amor de Dios» (Judas 1:17-20, NVI).
Jesús frente al concilio.
«Cuando era de día, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y le trajeron al concilio, diciendo: ¿Eres tú el Cristo? Dínoslo. Y les dijo: Si os lo dijere, no creeréis; y también si os preguntare, no me responderéis, ni me soltaréis. Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios. Dijeron todos: ¿Luego eres tú el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy. Entonces ellos dijeron: ¿Qué más testimonio necesitamos? porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca» (Lucas 22:66-71, RVR1960).
Dando gracias por otros.
«Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros» (Filipenses 1:3. RVR1960).
Siervos y santos de Dios.
«Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo» (Filipenses 1:1, 2. RVR1960).
Introducción a Filipenses.
«Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!» (Filipenses 4:4. RVR1960).
La venganza del perdón.
«Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo…
Dios es poderoso.
«Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.»(Judas 24-25. RVR1960).
Teniendo responsabilidad hacia los demás.
«A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.»(Judas 1:22-23, RVR1960).
Exhortación a la perseverancia.
«Ustedes, queridos hermanos, recuerden el mensaje anunciado anteriormente por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Ellos les decían: «En los últimos tiempos habrá burladores que vivirán según sus propias pasiones impías» Estos son los que causan divisiones y se dejan llevar por sus propios instintos, pues no tienen el Espíritu. Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el amor de Dios» (Judas 1:17-20, NVI).
Jesús frente al concilio.
«Cuando era de día, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y le trajeron al concilio, diciendo: ¿Eres tú el Cristo? Dínoslo. Y les dijo: Si os lo dijere, no creeréis; y también si os preguntare, no me responderéis, ni me soltaréis. Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios. Dijeron todos: ¿Luego eres tú el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy. Entonces ellos dijeron: ¿Qué más testimonio necesitamos? porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca» (Lucas 22:66-71, RVR1960).