Una esperanza con fundamento.
«Espere Israel a Jehová, porque en Jehová hay misericordia, y abundante redención con él; y él redimirá a Israel de todos sus pecados» (Salmos 130:7, 8. RVR1960).
Un mandamiento conta el temor, la ansiedad y la depresión.
Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: «No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida.» (Isaías 43:1-4. RVR60).
Soportándonos y perdonándonos.
«Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos» (Colosenses 3:12-15, RVR1960).
Un nacimiento extraordinario.
El nacimiento de Jesús fue extraordinario porque (1) fue profetizado cientos de años atrás, (2) fue sobrenatural, (3) él tendría una misión trascendental y (4) porque exige una respuesta de nuestra parte.
Exhortándonos unos a otros.
«También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos» (1 Tesalonisenses 5:14. RVR1960).
Animándonos y edificándonos unos a otros.
«También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos» (1 Tesalonicenses 5:14. RVR1960).
Aceptándonos unos a otros.
“Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios” (Romanos 15:7. RVR1960).
Abundando en amor unos por otros.
“Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros; y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más” (1 Tesalonicenses 4:9-10. RVR1960).
Una esperanza con fundamento.
«Espere Israel a Jehová, porque en Jehová hay misericordia, y abundante redención con él; y él redimirá a Israel de todos sus pecados» (Salmos 130:7, 8. RVR1960).
Un mandamiento conta el temor, la ansiedad y la depresión.
Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: «No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida.» (Isaías 43:1-4. RVR60).
Soportándonos y perdonándonos.
«Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos» (Colosenses 3:12-15, RVR1960).
Un nacimiento extraordinario.
El nacimiento de Jesús fue extraordinario porque (1) fue profetizado cientos de años atrás, (2) fue sobrenatural, (3) él tendría una misión trascendental y (4) porque exige una respuesta de nuestra parte.
Exhortándonos unos a otros.
«También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos» (1 Tesalonisenses 5:14. RVR1960).
Animándonos y edificándonos unos a otros.
«También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos» (1 Tesalonicenses 5:14. RVR1960).
Aceptándonos unos a otros.
“Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios” (Romanos 15:7. RVR1960).
Abundando en amor unos por otros.
“Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros; y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más” (1 Tesalonicenses 4:9-10. RVR1960).