Jesús frente al concilio.
«Cuando era de día, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y le trajeron al concilio, diciendo: ¿Eres tú el Cristo? Dínoslo. Y les dijo: Si os lo dijere, no creeréis; y también si os preguntare, no me responderéis, ni me soltaréis. Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios. Dijeron todos: ¿Luego eres tú el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy. Entonces ellos dijeron: ¿Qué más testimonio necesitamos? porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca» (Lucas 22:66-71, RVR1960).
Esperanza al suplicar y confiar.
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmos 27:1. RVR1960).
Nueva identidad y nuevo potencial en Cristo.
El cristiano tiene una nueva identidad (es muerto al pecado y vivo para Dios) y un nuevo potencial (es capaz de negarse al pecado y obedecer a Dios), gracias a la obra de Jesucristo.
Una esperanza con fundamento.
«Espere Israel a Jehová, porque en Jehová hay misericordia, y abundante redención con él; y él redimirá a Israel de todos sus pecados» (Salmos 130:7, 8. RVR1960).
Un mandamiento conta el temor, la ansiedad y la depresión.
Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: «No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida.» (Isaías 43:1-4. RVR60).
El siervo que no quiso perdonar.
«Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete» (Mateo 18:21, 22. RVR160).
Un nacimiento extraordinario.
El nacimiento de Jesús fue extraordinario porque (1) fue profetizado cientos de años atrás, (2) fue sobrenatural, (3) él tendría una misión trascendental y (4) porque exige una respuesta de nuestra parte.
“La gratitud” – Franklin López.
«Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?» (Lucas 17:17. RVR1960).
Jesús frente al concilio.
«Cuando era de día, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y le trajeron al concilio, diciendo: ¿Eres tú el Cristo? Dínoslo. Y les dijo: Si os lo dijere, no creeréis; y también si os preguntare, no me responderéis, ni me soltaréis. Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios. Dijeron todos: ¿Luego eres tú el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy. Entonces ellos dijeron: ¿Qué más testimonio necesitamos? porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca» (Lucas 22:66-71, RVR1960).
Esperanza al suplicar y confiar.
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmos 27:1. RVR1960).
Nueva identidad y nuevo potencial en Cristo.
El cristiano tiene una nueva identidad (es muerto al pecado y vivo para Dios) y un nuevo potencial (es capaz de negarse al pecado y obedecer a Dios), gracias a la obra de Jesucristo.
Una esperanza con fundamento.
«Espere Israel a Jehová, porque en Jehová hay misericordia, y abundante redención con él; y él redimirá a Israel de todos sus pecados» (Salmos 130:7, 8. RVR1960).
Un mandamiento conta el temor, la ansiedad y la depresión.
Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: «No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida.» (Isaías 43:1-4. RVR60).
El siervo que no quiso perdonar.
«Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete» (Mateo 18:21, 22. RVR160).
Un nacimiento extraordinario.
El nacimiento de Jesús fue extraordinario porque (1) fue profetizado cientos de años atrás, (2) fue sobrenatural, (3) él tendría una misión trascendental y (4) porque exige una respuesta de nuestra parte.
“La gratitud” – Franklin López.
«Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?» (Lucas 17:17. RVR1960).