El Rey [ofendido] hace las pases.
El Rey ofendido trabaja para convertir la enemistad en amistad con un mundo que lo ha ofendido. ¿Cómo Dios puede hacer eso y seguir siendo justo? Tomando en cuenta nuestros pecados, pero en Jesucristo.
¿Quién eres tú?
Más importante que lo que tú piensas de ti mismo y más importante que lo que otros piensan de ti es lo que Dios dice de ti, cristiano. Alineemos, por lo tanto, nuestros pensamientos con la Palabra de Dios y vivamos de acuerdo a la verdad de que fuimos bendecimos en Cristo al ser elegidos, predestinados, perdonados, al ser hechos herencia y al ser sellados con Su Espíritu.
El Padre pródigo.
En esta parábola Jesús presenta a un hijo menor siendo pródigo al disipar, malgastar, desperdiciar todo lo que tenía; pero su padre fue más pródigo aún al dar sobreabundantemente a quien no lo merecía. Este padre también muestra su bondad a su hijo mayor, el cual no está tan bien como parece.
José: el final.
«Y habitó José en Egipto, él y la casa de su padre; y vivió José ciento diez años. Y vio José los hijos de Efraín hasta la tercera generación; también los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron criados sobre las rodillas de José. Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob. E hizo jurar José a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos. Y murió José a la edad de ciento diez años; y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto» (Génesis 50:22-26. RVR1960).
Pobres en extremo, ricos en generosidad.
El hermano Misael Susaña nos enseña cuál debe ser la condición de nuestro corazón y la manera en la cual ofrendar a Dios o dar a nuestros hermanos en necesidad, a partir del ejemplo de las Iglesias de Macedonia y del Señor Jesucristo.
Pensamientos de bien y no de mal.
«Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Y habló Dios a Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y la mano de José cerrará tus ojos. Y se levantó Jacob de Beerseba; y tomaron los hijos de Israel a su padre Jacob, y a sus niños, y a sus mujeres, en los carros que Faraón había enviado para llevarlo. Y tomaron sus ganados, y sus bienes que habían adquirido en la tierra de Canaán, y vinieron a Egipto, Jacob y toda su descendencia consigo; sus hijos, y los hijos de sus hijos consigo; sus hijas, y las hijas de sus hijos, y a toda su descendencia trajo consigo a Egipto» (Génesis 46:1-7. RVR1960).
La desobediencia en el culto establecido por Dios.
El pastor Ángel Castillo nos exhorta a evitar el pecado de Nadab y Abiú –desobediencia en el culto de adoración establecido por Dios–.
Una revelación agradable.
«Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él. Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros» (Génesis 45:3-5. RVR1960).
El Rey [ofendido] hace las pases.
El Rey ofendido trabaja para convertir la enemistad en amistad con un mundo que lo ha ofendido. ¿Cómo Dios puede hacer eso y seguir siendo justo? Tomando en cuenta nuestros pecados, pero en Jesucristo.
¿Quién eres tú?
Más importante que lo que tú piensas de ti mismo y más importante que lo que otros piensan de ti es lo que Dios dice de ti, cristiano. Alineemos, por lo tanto, nuestros pensamientos con la Palabra de Dios y vivamos de acuerdo a la verdad de que fuimos bendecimos en Cristo al ser elegidos, predestinados, perdonados, al ser hechos herencia y al ser sellados con Su Espíritu.
El Padre pródigo.
En esta parábola Jesús presenta a un hijo menor siendo pródigo al disipar, malgastar, desperdiciar todo lo que tenía; pero su padre fue más pródigo aún al dar sobreabundantemente a quien no lo merecía. Este padre también muestra su bondad a su hijo mayor, el cual no está tan bien como parece.
José: el final.
«Y habitó José en Egipto, él y la casa de su padre; y vivió José ciento diez años. Y vio José los hijos de Efraín hasta la tercera generación; también los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron criados sobre las rodillas de José. Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob. E hizo jurar José a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos. Y murió José a la edad de ciento diez años; y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto» (Génesis 50:22-26. RVR1960).
Pobres en extremo, ricos en generosidad.
El hermano Misael Susaña nos enseña cuál debe ser la condición de nuestro corazón y la manera en la cual ofrendar a Dios o dar a nuestros hermanos en necesidad, a partir del ejemplo de las Iglesias de Macedonia y del Señor Jesucristo.
Pensamientos de bien y no de mal.
«Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Y habló Dios a Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y la mano de José cerrará tus ojos. Y se levantó Jacob de Beerseba; y tomaron los hijos de Israel a su padre Jacob, y a sus niños, y a sus mujeres, en los carros que Faraón había enviado para llevarlo. Y tomaron sus ganados, y sus bienes que habían adquirido en la tierra de Canaán, y vinieron a Egipto, Jacob y toda su descendencia consigo; sus hijos, y los hijos de sus hijos consigo; sus hijas, y las hijas de sus hijos, y a toda su descendencia trajo consigo a Egipto» (Génesis 46:1-7. RVR1960).
La desobediencia en el culto establecido por Dios.
El pastor Ángel Castillo nos exhorta a evitar el pecado de Nadab y Abiú –desobediencia en el culto de adoración establecido por Dios–.
Una revelación agradable.
«Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él. Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros» (Génesis 45:3-5. RVR1960).