La envidia.
“En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos” (Salmos 73:2, 3. RVR1960).
El abrigo del Altísimo [II]
El pastor Huascar De Salas nos muestra, a partir de Salmos 91, las promesas de bien que Dios hace para todos aquellos que habitan a Su abrigo.
El corazón del problema.
Los conflictos existen debido a los deseos pecaminosos del corazón y estos últimos son evidencia de que nuestra relación con Dios no anda bien. El Dios de toda gracia nos llama a volver a Él en arrepentimiento.
Despójense del viejo, vístanse del nuevo hombre.
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente” (Efesios 4:22, 23. RVR1960).
El abrigo del Altísimo.
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré” (Salmos 91:1, 2. RVR1960).
Transformaos mediante la renovación.
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2. RVR1960).
Nuestro amparo & fortaleza.
Dios tiene un control soberano sobre los fenómenos atmosféricos, sobre las naciones y sobre nuestra vida. Confiemos, por lo tanto, en Él.
Contemplando la hermosura del Señor.
“Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo” (Salmos 27:4. RVR1960).
La envidia.
“En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos” (Salmos 73:2, 3. RVR1960).
El abrigo del Altísimo [II]
El pastor Huascar De Salas nos muestra, a partir de Salmos 91, las promesas de bien que Dios hace para todos aquellos que habitan a Su abrigo.
El corazón del problema.
Los conflictos existen debido a los deseos pecaminosos del corazón y estos últimos son evidencia de que nuestra relación con Dios no anda bien. El Dios de toda gracia nos llama a volver a Él en arrepentimiento.
Despójense del viejo, vístanse del nuevo hombre.
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente” (Efesios 4:22, 23. RVR1960).
El abrigo del Altísimo.
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré” (Salmos 91:1, 2. RVR1960).
Transformaos mediante la renovación.
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2. RVR1960).
Nuestro amparo & fortaleza.
Dios tiene un control soberano sobre los fenómenos atmosféricos, sobre las naciones y sobre nuestra vida. Confiemos, por lo tanto, en Él.
Contemplando la hermosura del Señor.
“Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo” (Salmos 27:4. RVR1960).