La encarnación de Jesús.
“Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo” (Hebreos 2:17. RVR1960).
Enfocando & Fortaleciendo el corazón.
“Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmos 119:10, 11. RVR1960).
La naturaleza del nuevo nacimiento.
El nuevo nacimiento está más lejos de aquel que piensa que está cerca y está más cerca de aquel que piensa que está lejos.
Nuestro amparo y fortaleza.
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmos 46:1. RVR1960).
El dilema del salmista.
“Tú encargaste que sean muy guardados tus mandamientos. ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Entonces no sería yo avergonzado, cuando atendiese a todos tus mandamientos” (Salmos 119:4-6. RVR1960).
Esperanza para el más desesperanzado.
En Jesucristo hay esperanza para el más desesperanzado.
El deseo del salmista.
“Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley de Jehová. Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan; pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos” (Salmos 119:1-3. RVR1960).
La necesidad del nuevo nacimiento.
“Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3. RVR1960).
La encarnación de Jesús.
“Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo” (Hebreos 2:17. RVR1960).
Enfocando & Fortaleciendo el corazón.
“Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmos 119:10, 11. RVR1960).
La naturaleza del nuevo nacimiento.
El nuevo nacimiento está más lejos de aquel que piensa que está cerca y está más cerca de aquel que piensa que está lejos.
Nuestro amparo y fortaleza.
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmos 46:1. RVR1960).
El dilema del salmista.
“Tú encargaste que sean muy guardados tus mandamientos. ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Entonces no sería yo avergonzado, cuando atendiese a todos tus mandamientos” (Salmos 119:4-6. RVR1960).
Esperanza para el más desesperanzado.
En Jesucristo hay esperanza para el más desesperanzado.
El deseo del salmista.
“Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley de Jehová. Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan; pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos” (Salmos 119:1-3. RVR1960).
La necesidad del nuevo nacimiento.
“Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3. RVR1960).