Aunque la homosexualidad es un pecado, no es el único pecado que excluye del reino de Dios y no es el pecado imperdonable. Jesucristo murió por los pecados de los heterosexuales y de los homosexuales que se arrepienten.
"edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo" (Efesios 2:20).