«Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo» (Mateo 26:37, 38. RVR1960).
ETIQUTAS: El varón de doloresMateoMiguel Ángel Castillo