Una justicia mayor que la de los fariseos.
Para entrar en el cielo se requiere una justicia «mayor que la de los escribas y fariseos». Dios tiene esta clase de justicia y la ofrece a nosotros en Jesucristo.
Apelación y cualidades de la unidad.
«Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz» (Efesios 4:1-3, RVR1960).
Obediencia en el temor de Dios.
«Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios» (Filipenses 1:27-28. RVR1960).
Una justicia mayor que la de los fariseos.
Para entrar en el cielo se requiere una justicia «mayor que la de los escribas y fariseos». Dios tiene esta clase de justicia y la ofrece a nosotros en Jesucristo.
Apelación y cualidades de la unidad.
«Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz» (Efesios 4:1-3, RVR1960).
Obediencia en el temor de Dios.
«Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios» (Filipenses 1:27-28. RVR1960).