La luz resplandeció.
«El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos» (Isaías 9:2. RVR1960).
Un nacimiento extraordinario.
El nacimiento de Jesús fue extraordinario porque (1) fue profetizado cientos de años atrás, (2) fue sobrenatural, (3) él tendría una misión trascendental y (4) porque exige una respuesta de nuestra parte.
Dios proveerá.
El Dios que ciertamente proveyó para nuestra necesidad más grande al entregar a Su Hijo Jesús por nuestros pecados, también proveerá para nuestras demás necesidades más pequeñas.
Guiados por la Palabra de Dios.
«Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca» (Mateo 7:24, 25. RVR1960).
Exhortándonos unos a otros.
«También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos» (1 Tesalonisenses 5:14. RVR1960).
El varón de dolores.
«Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo» (Mateo 26:37, 38. RVR1960).
Animándonos y edificándonos unos a otros.
«También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos» (1 Tesalonicenses 5:14. RVR1960).
Todo va a salir bien.
Toda experiencia en esta vida de los que aman a Dios está al servicio de su beneficio y su bien último es ser conformados al carácter de Jesucristo.
La luz resplandeció.
«El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos» (Isaías 9:2. RVR1960).
Un nacimiento extraordinario.
El nacimiento de Jesús fue extraordinario porque (1) fue profetizado cientos de años atrás, (2) fue sobrenatural, (3) él tendría una misión trascendental y (4) porque exige una respuesta de nuestra parte.
Dios proveerá.
El Dios que ciertamente proveyó para nuestra necesidad más grande al entregar a Su Hijo Jesús por nuestros pecados, también proveerá para nuestras demás necesidades más pequeñas.
Guiados por la Palabra de Dios.
«Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca» (Mateo 7:24, 25. RVR1960).
Exhortándonos unos a otros.
«También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos» (1 Tesalonisenses 5:14. RVR1960).
El varón de dolores.
«Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo» (Mateo 26:37, 38. RVR1960).
Animándonos y edificándonos unos a otros.
«También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos» (1 Tesalonicenses 5:14. RVR1960).
Todo va a salir bien.
Toda experiencia en esta vida de los que aman a Dios está al servicio de su beneficio y su bien último es ser conformados al carácter de Jesucristo.